12.1.10

Srita. Obsesión

Nadie más que yo en el mundo se va a dar cuenta si el portaretrato y el Pato Donald concuerdan con las líneas del escritorio, si la letra es del mismo tamaño desde el comienzo hasta el final de la palabra o si las toallas del toilet están ordenadas por color. Pero entonces, ¿Por qué no puedo evitar reacomodar el escritorio, borrar y escribir nuevamente la palabra o controlar mi obsesion por la gama de los colores?

A veces me voy al carajo con los detalles
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