6.8.10

Mucha Julieta y poco Romeo

No soy tan complicada. No pido demasiado. Solo quiero a alguien que me sepa escuchar, que me cuide y que me entienda, que sepa cuando estoy mal, que me extrañe aunque me haya visto hace tan solo dos horas. Quiero tener a mi lado a alguien que me ayude a conocer esa vida que siempre soñé, alguien que quiera vivir todo de a dos. Quiero un hombre que me entregue su memoria, que confíe en mí con los ojos cerrados, que me cuente todo... alguien con quien hablar de política, economía y de qué tal anda el mundo. Quiero a mi lado a alguien que elija estar conmigo aún teniendo otros planes, que hable mucho de mí y que los demás estén cansados de escuchar mi nombre. Quiero a alguien que haga de un día normal el más hermoso de todos, que me abrace cuando tenga frío y que me bese más de la cuenta. Quiero a alguien que me llame para ver cómo me siento, que me regale un chocolate cuando esté enferma. No quiero conmigo a un hombre que me haga regalos para los meses que pasamos juntos, no quiero premios... quiero amor, quiero una sorpresa o un regalo inesperado, para que me demuestre que piensa en mí más de una fecha. Alguien que se ría conmigo y, también, de mí; que más que mi pareja sea mi amigo, que ganemos una confianza inmensa. Quiero que me vuelva la más molesta, pesada e histérica del mundo entero y aún así me quiera. Quiero que me acaricie y que dibuje con las yemas de sus dedos los rasgos de mi cara. Quiero que abrace fuerte mi cintura, que me lleve a conocer lugares que jamás imaginé. Quiero a mi lado a alguien que sienta que se cae el mundo si nos peleamos, que me haga llorar, que me haga sentir, y sobre todo, que tenga bien en claro lo que siente por mí. Quiero que me diga que soy preciosa, que sea un dulce cuando está conmigo. Que sea educado y, por sobre todas las cosas, que me respete. Quiero a alguien que me desvista con la mirada, que ame cada centímetro de mí, alguien que me haga sentir la mujer más afortunada del mundo. Que me cuide y me quiera más de lo que se admite, que se lleve bien con mis papás y que sea cómplice de mis hermanos. Alguien que con una sonrisa, un beso y una caricia haga que me crezcan alas y pueda volar.
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