El Domingo. El Domingo caí y me di cuenta que estamos en Junio. Pleno invierno y en medio de tantos preparativos: Bariloche, fiesta de egresados y sobrinito. Y yo sin saber nada de mi vida. Nos advirtieron que era una tarea muy difícil, pero no les creí. Nos dijeron que era un verdadero trabajo, pero no me lo tome tan así. Ahora, sí. Estamos exactamente a mitad de año y yo sin saber que voy a hacer cuando termine el secundario. Me quedan unos meses *o unos días* para ver cual es mi vocación, qué profesión es la mía.
De chiquita no soñaba con ser maestra ni mamá como todas las demás nenas. Quería ser secretaria, administrar mi propio negocio o bien conducir mi propio canal de noticias como buena periodista. ¿Y ahora? Estoy en la nada. Decenas de carreras que ni sabía que existían, muchos horarios y un estado de relajación raro en mí. Y falta poco. Y entre las propias exigencias de una chica de 17 años, la presión social, y el incentivo de ser aún mejor, entré en crisis.
La responsabilidad es realmente asquerosa
G
De chiquita no soñaba con ser maestra ni mamá como todas las demás nenas. Quería ser secretaria, administrar mi propio negocio o bien conducir mi propio canal de noticias como buena periodista. ¿Y ahora? Estoy en la nada. Decenas de carreras que ni sabía que existían, muchos horarios y un estado de relajación raro en mí. Y falta poco. Y entre las propias exigencias de una chica de 17 años, la presión social, y el incentivo de ser aún mejor, entré en crisis.
La responsabilidad es realmente asquerosa
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