Abrí los ojos. Mirate. No, que te mires vos. Si, ya se que te mirás todo el tiempo, todo el día... que espejo que vez, espejo que cautivas. Pero mirate en serio. Mirá a tu alrededor. Tenés unas amigas hermosas que están para cuidarte siempre, para levantarte si te caes y para darte un empujón si no te animás a avanzar. Mirá a tu alrededor. Mamá y papá. Están. Siempre. No, no seas dura. Están siempre. Ahora mirate de nuevo. Mirá esos ojos que dicen tanto, esa boca que no sabe hablar. Mirate de nuevo. Tuviste tiempos difíciles, no dejes que te inunden otra vez. Dejate ser. ¡Arriba! ¿Sabés una cosa? Sos preciosa por donde te mires. Y no, no te miento. No quiero que caigas. No quiero que caigas en ese pozo que yo esquivé. No quiero verte así. Quiero que pienses. Si, que pienses más que todos los días... no solo pienses en tus metas, sino en tus logros. Mirá hasta donde llegaste, ¿a esto querías llegar? Seguro hay objetivos valiosos en vos. Dejate ser. Deja que te cuidemos. Mostrate. Mostrate como sos, y vas a llegar lejos. Sacá de tu vida a esas dos mujeres que no te dejan libre. Dejate ser. Deja que te cuidemos.